domingo, 8 de marzo de 2015

¿Y EN EL CASO DE LAS PERSONAS SEPARADAS POR LA ADOPCIÓN?

Han pasado enero y febrero sin que haya sido capaz de hacer una nueva entrada, ha llegado marzo y precisamente hoy día 8, día Internacional de la Mujer, me ha llegado la inspiración para escribir y hacer la introducción a este nuevo apartado de mi trabajo de fin de master, en el que después de haber concluido y afirmado sin género de dudas, que es una necesidad el conocimiento de los orígenes para todas las personas, incluidas las adoptadas, ahora se plantea la pregunta a la inversa.



Hoy, dedico mi entrada a las mujeres en general y en particular a aquellas cuyas vidas cambiaron con motivo de la adopción, tanto "a todas la mujeres valientes que llevan adelante sus embarazos y dejan a sus bebés nacer a pesar de saber que otros serán sus padres" según la dedicatoria del libro "Esta es tu historia" de Ana Berástegui Pedro-Viejo y Blanca Gómez Bengoechea, como a aquellas que se vieron privadas de la posibilidad de ser las madres de sus hij@s porque otras personas decidieron por ellas y por sus hij@s que la mejor opción para todos era la separación y la adopción; en definitiva dedico este día y esta entrada a todas las MADRES SIN HIJ@.

II.2.- ¿Y EN EL CASO DE LAS PERSONAS SEPARADAS POR LA ADOPCIÓN?

            Son muchas las personas miembros de las familias de origen de las personas adoptadas, que manifiestan su deseo, en forma de necesidad, de conocer cuál ha sido el destino final de aquella persona. Son algunas las madres, muy pocos los padres, y muchos los hermanos que les gustaría saber qué fue de sus hijos o hermanos, algunos incluso llegan a manifestar un deseo de “recuperar el tiempo perdido” y establecer y mantener una relación con esa persona.

En los casos de renuncia / entrega /cesión / donación  por parte de la madre biológica o de nacimiento, la mayoría desean seguir ocultas, a ser posible anónimas, no obstante hay algunas mujeres que movidas por un sentimiento de culpa desean darse a conocer, para poder dar explicaciones sobre los motivos que les llevaron a tomar aquella decisión en aquel momento y buscar la empatía y comprensión de los que fueron sus hijos. Hay mujeres que sin haber experimentado sentimiento de culpa, estando seguras de que la decisión fue muestra de un acto de responsabilidad, están dispuestas a ser encontradas, algunas incluso pasan a la acción de búsqueda activa, no para buscar empatía y comprensión sino para satisfacer la posible necesidad de saber que pueda tener en la edad adulta la persona que fue adoptada y que antes fue su hijo/a.

En los casos de abandono el sentimiento de culpa suele ser tan fuerte suele ser tanta la vergüenza, que impide que cualquier persona manifieste su deseo o necesidad de saber qué fue de su hijo/a. Cuando hay hermanos que saben de la existencia de ese hermano/s abandonado/s sí suelen manifestar su deseo de saber algo de esa persona que fue su hermano/a, porque ellos como iguales están libres de ese sentimiento de culpa que suele acompañar a los progenitores y son muchos los que se acercan a las instituciones de protección de menores a preguntar por esos hermanos.

En los casos de orfandad, evidentemente los progenitores no van a buscar, pero sí puede que lo hagan otros parientes, tíos o hermanos que a pesar de no haberse podido hacer cargo de la tutela de esos menores, pasado el tiempo manifiestan su deseo de saber algo de esa persona que fue su pariente, porque ellos aunque pueden sentir algo de culpa, pero con el paso del tiempo puede suavizarse o borrarse y algunos también se acercan a las instituciones de protección de menores a preguntar por esos parientes.


En los casos de retirada de la familia de origen con la consiguiente suspensión primero y privación final de la patria potestad se está dando el caso de que las familias de origen, especialmente los progenitores u otros parientes como abuelos o tíos, se están “lanzando” a la búsqueda de sus descendientes o parientes, porque habitualmente la retirada de la familia de origen no suele ser una cuestión pacífica, es decir, no suele ser aceptada de buen grado por la familia de origen, que habitualmente considera que la administración que ha acordado la medida de protección se ha excedido en sus facultades, y difícilmente reconocen sus carencias, sus limitaciones, sus negligencias y sus incumplimientos, es decir, no suelen reconocer la situación de riesgo y desamparo de los menores, de forma que en ningún caso suelen aceptar que la medida de protección, que actualmente es la adopción, se ha acordado en beneficio del menor. Hay casos en los que sí hay hermanos, que sí pueden entender y aceptar que la adopción ha sido acordada en beneficio del menor y no obstante les gustaría poder saber algo de esa persona que anteriormente fue su hermano/a.  

En los casos de compra-venta, igual que en los caso de orfandad, los progenitores no van a buscar, pero si hay otros parientes, especialmente hermanos que llegan a saber de la existencia de ese hermano/a vendido/a, probablemente sí quiera saber algo sobre el destino de esa persona.
           


En los casos de robo, es decir, de separación de la familia de origen sin su conocimiento o consentimiento, creo que son todas las mujeres, las que manifiestan su deseo de buscar, encontrar contactar y relacionarse con aquel “hijo desaparecido”.

En el preámbulo de dicho que actualmente son muchas, muchísimas las familias que están sospechando que los hijos que en su día dieron por muertos, no están muertos sino que fueron separados sin su conocimiento, sin su consentimiento y contra su voluntad, para ser entregados a otras familias “demandantes” de adopción.

En el apartado B.2 ROBO del punto I. 1. 2.1.-CAUSAS DE ADOPTABILIDAD he señalado que en los posibles robos pueden haber estado implicadas varias personas, entre ellas algunos padres, algunos abuelos y algunos hermanos que seguramente no quieran saber nada de aquellos menores que fueron separados de sus madres por su culpa, ahora bien si la separación se llevó a cabo por culpa de los trabajadores sociales, médicos, enfermeras y demás personal sanitario, todos los miembros de la familia querrán saber qué fue de aquel bebé.


En los casos de apropiación, es decir, de inscripción  como hijos biológicos de sus padres definitivos, tanto si ha habido antes compra-venta o robo;  o no ha habido ninguno de esos supuestos y simplemente los hijos fueron entregados de forma consciente por parte de la familia de origen sin mediar precio de por medio, sin dejar constancia de sus datos a fin de ocultar su identidad, el hecho del embarazo, el parto y la entrega, como hemos visto en el caso de compra-venta no habrá movimientos por parte de la familia de origen, en el caso de robo como hemos visto dependerá de quien haya intervenido en el robo y si no ha habido ni compra-venta ni robo, sino que fue una entrega consciente, pero prescindiendo incluso de la opción del parto anónimo, al igual que en los casos de renuncia / entrega / cesión /donación, dependerá del sentimiento de culpa de la mujer que dio a luz y desapareció el que desee saber algo del que fue su hijo/a o no.

Pues bien, una vez señaladas las diferentes causas de adoptabilidad y las personas que tuvieron algo que ver en que los menores fuésemos adoptables y los posibles deseos o no de casi todos ellos de saber algo de los que fuimos sus hijos, nietos, hermanos y demás parientes, y sin perder de vista la definición que estamos manejando sobre la necesidad, creo que podemos afirmar que no es una necesidad para la mayoría de ellos, sólo será una necesidad en aquellos casos en los que la integridad la salud, especialmente mental, de una persona se pueda ver comprometida por la falta de conocimiento del destino final del que fue su hijo o pariente.

Cuando digo esto último estoy pensando especialmente en aquellas mujeres que tuvieron poco o nada que decir, sobre el destino final de los bebés que dieron a luz y aquí tengo que hacer hincapié en un asunto como la diferencia entre voluntad y consciencia, no es lo mismo ser consciente de que el destino final de un bebé va a ser la adopción, ya sea haciendo uso del parto anónimo, ya sea dejando los datos de filiación, ya sea dejándolo en una institución de protección de menores o ya sea desapareciendo y permitiendo que sea inscrito como hijo de otras personas, que ese acto consciente sea plenamente voluntario. Son muchas las mujeres que son conscientes de lo que hacen, pero realmente piensan que no tienen otra opción, que se ven forzadas por las circunstancias, el entorno y demás, porque si de verdad pensasen y sintiesen que podían hacer otra cosa, seguramente todas manifestarían su voluntad de ser madres, a pesar de que en la mayoría de los casos se trata de embarazos imprevistos.

Así pues, en los casos en los que la voluntad no estuvo muy presente, incluidos por supuesto los casos de robos, es muy probable que sí, que el deseo de saber qué fue de los que fueron sus hijos se manifieste en forma de necesidad, porque del mismo modo que los hijos ante el desconocimiento de nuestros orígenes, imaginamos y fantaseamos para rellenar los huecos vacíos, con lo que ya he señalado que eso puede suponer hasta el punto de comprometer nuestro desarrollo personal y demás, en el caso de las mujeres, de las madres, puede pasar lo mismo, ellas también imaginan, también fantasean, sobre el posible destino final de los que fueron sus hijos, muchas de ellas  temen ser encontradas y que se descubra su secreto, incluso algunas pueden caer en depresiones, al poco tiempo del parto o muchos años después ante situaciones emocionalmente fuertes, incluso puede que el hecho de haberse quedado embarazada sin preverlo y de dar a luz y no llegar a ser la madre de ese bebé les afecte para el resto de su vida en la forma de relacionarse con el sexo contrario en la forma de afrontar posibles posteriores embarazos y maternidades.


Quiero decir con ello, que habrá casos en los que el conocer el destino de los hijos o nietos o hermanos sí será una necesidad y en otros casos no llegará a convertirse en una necesidad, como hemos dicho dependerá de si su satisfacción o no pone en riesgo o compromete su desarrollo personal, intelectual, afectivo, familiar, social, profesional, etc...


En definitiva, vemos como para muchas mujeres que parieron y no llegaron a ser madres su necesidad y su deseo es seguir ocultas y anónimas  y sin embargo hay otras mujeres, que en su mayoría poco o nada pudieron hacer o decir sobre su maternidad, cuya necesidad es buscar y saber qué fue de sus descendientes, entre ambas existe un grupo de mujeres que no esperan ni desean ser buscadas y encontradas, y al mismo tiempo están dispuestas y disponibles para ser localizadas.

1 comentario:

  1. interesante Bea... algunos de esos casos se podrán mitigar para ambas partes con la adopción abierta que parece que ahora sí será una opción -caso por caso- con la nueva ley... en cuanto a las madres que ya dieron a luz antes, en el pasado, pues bueno no tienen el derecho de buscar que tenemos nosotros, alguien en la Generalitat de Cataluña me dijo que qué me parecería si se introdujera una modificación en la legislacion actual que les permitiera a ellas también buscar, siempre y cuando el adoptado diera su consentimiento en dar sus datos, pero que al menos pudiera indagarse sobre su descendencia a través del organismo público y siempre y cuando el adoptado asintiera... yo dije que no me parecería mal, pero luego he indagado con otros adoptados y no todos son de la misma opinión... saludos!

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