jueves, 14 de febrero de 2013

"ESTA ES TU HISTORIA"....LA DEDICATORIA

"ESTA ES TU HISTORIA Identidad y comunicación sobre los orígenes en adopción", es el título de un libro escrito por Ana Berástegui Pedro-Viejo y Blanca Gómez Bengoechea publicado por la Universidad Pontificia Comillas en el año 2007....unos meses antes de que se aprobase el 28 de diciembre de ese año la Ley de Adopción Internacional en la que se reconoció el derecho a saber sobre los orígenes biológicos de la personas adoptadas.

Este libro lleva una dedicatoria, que yo recuerdo casi a diario y sobre todo cuando tengo ocasión de compartir con alguna otra persona adoptada como yo inquietudes a cerca de la búsqueda de orígenes. Hoy ha sido uno de eso días que he podido disfrutar de una larga y enriquecedora charla con una persona adoptada, ya amiga, que me ha servido de recuerdo e inspiración para escribir esta entrada.

La dedicatoria dice lo siguiente: "A TODAS LAS MUJERES VALIENTES QUE LLEVAN ADELANTE SUS EMBARAZOS Y DEJAN A SUS BEBÉS NACER A PESAR DE SABER QUE OTROS SERÁN SUS PADRES"

Esta dedicatoria me ha hecho recordar cómo yo comparto MI HISTORIA cada vez que me lo piden y una de esas veces fue hace ya dos años en una sesión organizada por la ECAI MUNDIADOPTA.

Así que ESTA ES MI HISTORIA....este el el texto de aquella intervención:

MADRID 24-01-2011 MUNDIADOPTA

EXPERIENCIA PERSONAL BEATRIZ BENEITEZ PEREZ

En primer lugar quiero agradecer a MUNDIADOPTA la labor que desempeña como ECAI, en particular la celebración de esta charla, especialmente a Carmen Pazos, por contar conmigo para participar en ella, y a Ana y Rocio que me acompañan en la mesa para compartir con vosotros la experiencia de ser hija a través de la adopción.

En segundo lugar, gracias a todos vosotros los que estáis aquí esta tarde de lunes de invierno escuchando lo que os vengo a contar, como digo a compartir, gracias por estar dispuestos a conocer un trocito de mi vida, parte de mis recuerdos, de mis sensaciones y emociones, puede que algunas de ellas ya las hayáis sentido unas por ser hijos otras por ser padres, en definitiva por formar parte al menos de una familia.

Para hacer la exposición de mi experiencia de hija que ha llegado a serlo por la adopción voy a leer este texto, que he redactado en forma de cuestionario, a base de preguntas que me han ido haciendo en otras ocasiones, al que voy a ir dando respuesta, de forma más o menos ordenada en el tiempo, desde que nací hasta el momento actual; lo voy a leer, porque se trata de asuntos muy íntimos y personales, por lo que son para mi muy emocionantes, y no quiero perder el orden y la concentración, no obstante confió en que al final de mi exposición a vosotros os surjan muchas preguntas a las que espero poder contestar encantada, estoy a vuestra disposición a partir de ahora, para cualquier consulta.

Insisto estoy aquí para compartir una de mis experiencias vitales, que es única, personal e intransferible, que como es humana es imperfecta y al mismo tiempo satisfactoria y feliz. Lo que tengo son vivencias y recuerdos, no recetas ni lecciones, pero confío en que os pueda enseñar algo, que vosotros podéis aprender algo que os sea de utilidad y lleguéis a aplicarlo a vuestra vida, en la construcción de vuestra familia

¿Quíen soy yo?

Me llamo Beatriz Benéitez Pérez, tengo 39 años, nací en Madrid, pasados unos días desde mi nacimiento y hasta los 8 años he vivido en Bilbao, desde los 8 hasta los 11 he vivido en León y desde los 11 años vivo en Madrid, estoy casada y soy madre de 3 hijos (uno de 20, otro de 15 y una de 5), soy abogada, especialista en menores, tanto en protección como en reinserción, es decir, me interesan todos los menores tanto los desamparados como los infractores, las víctimas y los delincuentes; y en breve podré decir que además soy mediadora y orientadora familiar.

Además de esos datos personales y profesionales podéis ver mi aspecto físico, mi estatura, mi pelo rizado, mis cejas, etc…y a todo ello que es lo que soy, tengo que añadir una información, que es el motivo por el que estoy hoy aquí con vosotros: fui adoptada de recién nacida, mis padres me recogieron en la clínica de Madrid en la que nací, ellos en ese momento vivían en Bilbao y después de ser inscrita en el Registro Civil y bautizada me llevaron a casa. 

¿Cómo era mi familia cuando yo llegué? ¿Qué les impulsó a adoptar?
¿Cómo lo hicieron?

Antes de que yo llegase mis padres eran un matrimonio, ya llevaban varios años casados, no podían tener hijos porque mi madre sufrió una intervención quirúrgica que le afectó al aparato reproductor, una vez superado el disgusto, no renunciaron a ser padres, por lo que buscaron la forma de tener por ley lo que el bisturí se había llevado, así que se plantearon adoptar.

Viviendo en Bilbao una vez a mi madre le ofrecieron la posibilidad de fingir un embarazo y un parto a fin de inscribir a un bebé como hijo natural, lo comentó con mi padre, que guiado por su prudencia y su conciencia de lo bueno y lo malo, dijo que eso era falsedad en documento público, es decir, un delito, un riesgo para ellos y para el bebé y decidieron no tomar en cuenta esa opción.

Descartada esa posibilidad, contactaron con la Asociación Española para la Protección de la Adopción, digamos que sería el equivalente a una ECAI actualmente sin el factor de Internacional, hicieron todos los trámites, presentaron toda la documentación, podríamos decir que pasaron todas las pruebas por las que fueron declarados idóneos, y una vez cumplidos los requisitos legales sólo les quedaba esperar, después de casi dos años llegué yo, un bebé recién nacido, sano y con un documento, una escritura pública, en la cual mi madre de nacimiento consentía y autorizaba mi adopción, tras unos meses de convivencia mis padres iniciaron el trámite judicial, por el cual pasé a ser definitivamente su hija, con el consiguiente cambio de apellidos e inscripción en el libro de familia.

Cuando yo llegué ya fuimos tres y así nos quedamos y crecimos como cualquier familia, pequeña pero familia, yo soy hija única y mi madre también, creo que podemos decir, que me adapté bien, muy bien, voy a utilizar un término que no es mío pero que he escuchado y me ha gustado porque creo que describe a la perfección la situación de nuestra familia, estábamos todos “biologizados”, era como si mis padres hubiesen olvidado que mi madre no había estado embarazada de mi.

¿Cuándo y cómo me enteré de que había sido adoptada?

Podríamos decir que siempre supe que había algo diferente en mi familia, desde pequeña fui muy curiosa y muy observadora. La primera diferencia que me llamó la atención fue que mis padres eran algo mayores a los de mis amigos. La segunda diferencia era que yo no tenía hermanos, cuando a nuestro alrededor había familias de 3, 5, 7 y hasta 8 hermanos, y que mi madre “suspiraba” por tener familia numerosa, hasta que un día yo, cuando tenía unos 6 años, le pregunté por qué yo no tenía hermanos y ella me contestó que no podía tener hijos, por una operación que le habían hecho (sin especificar cuando) y claro entonces pregunté cómo era que yo había nacido (podía haber sido antes de la operación) y ella me dijo que yo fui un regalo de Dios, Y AHÍ QUEDO TODO…, no volví a preguntar, supongo que inocente e inconscientemente supe que había algo diferente, supongo que con el tiempo aprendí que había una cosa que se llamaba adopción y debí de asumir que así fue como llegué yo a mi familia. Pasó el tiempo y cuando nos mudamos a Madrid, yo tenía 11 años, encontré una foto de mi madre en bañador, fechada un mes antes de mi nacimiento y ella no estaba embarazada, esto ya más que una diferencia y una coincidencia parecía una evidencia, pero todavía me  quedaba la duda, y no tuve certeza hasta que estudiando los grupos sanguíneos en el colegio, pregunté a mis padres por sus grupos y ahí ya no había otra opción: era imposible que yo fuera hija biológica de mis padres, o sea que era imposible genéticamente que mis padres además fuesen mis progenitores, por entonces yo tenía 13 o 14 años.

¿Cómo llevé el tema de mi adopción durante la infancia y la adolescencia?

Durante la infancia no hubo opción para tener dudas, porque como ya he dicho estábamos todos “biologizados”, y aunque yo notaba que había algo diferente en mi familia, a mi no me importaba, sólo protestaba por no tener hermanos, recuerdo incluso que siendo ya adolescente, teniendo ya constancia de que había sido adoptada, yo seguía pidiendo un hermano, aunque sólo fuese para pelearme con él, y mi madre con mucha paciencia me decía que no me pusiera pesada, que yo ya sabía que ella no podía tener hijos, a lo que yo contesté, ¡pues lo adoptamos!, pero nada, ni por esas, yo no tenía hermanos y mis padres no me decían lo que yo ya sabía.

Durante la adolescencia tuve las dudas propias de la edad, que de eso se trata, de poner en duda todo lo existente, todo lo establecido, a las que se añadieron las propias de saber que había sido adoptada: ¿qué le habría pasado a la mujer que me dio a luz y me entregó?, ¿tendría algún problema de salud?, ¿por qué mis padres no hablaban de ello? a pesar de las situaciones que yo consciente o inconscientemente iba provocando.

En el fondo a mi no me importaba el hecho de haber sido adoptada, tenía una familia, unos padres y unos datos, con los que me había criado, crecido y desarrollado y con una fantasía a cerca de mi madre de nacimiento que me hacía sentirme, como me siento, una persona especial y privilegiada, como me dijo mi madre un regalo de Dios, porque había nacido, no me había abortado, había nacido en un hospital, debidamente atendida e identificada, y porque mis padres lo son desde que nací, pero estaba claro que a ellos sí que les importaba el hecho de ser padres adoptivos, y yo lo que no entendía era porque a ellos les importaba y no me lo explicaban.

Hasta que llegó un día, de esos de la adolescencia en los que parece que todo va a saltar por los aires y que no va a quedar títere con cabeza, en el que mi madre ya no sabía que decirme para regañarme por algo que yo había hecho y fue entonces cuando ella me dijo que además había algo que yo debía saber y que ella no sabía cómo decírmelo, entonces yo pregunté: ¿qué me tienes que decir, que soy adoptada?.

Según los expertos el momento en que unos padres le dicen a su hijo que ha sido adoptado se llama revelación, pues bien, en mi caso fue al revés, fui yo la que le dije a mi madre que yo ya lo sabía, y entonces nos pusimos las dos a llorar, abrazadas casi ahogadas en nuestras lágrimas, y entonces llegó mi padre que venía de la calle y nos encontró allí a las dos hechas un mar de lágrimas, y entre sollozos mi madre le dijo: que la niña ya lo sabe y mi padre en ese momento dijo: hija este es el segundo día más feliz de mi vida, el primero fue cuando te tuvimos y este es el segundo…. Y AHÍ QUEDÓ TODO POR SEGUNDA VEZ.

¿Cómo llevé el tema de la adopción durante la juventud y la madurez?

A partir del día de la revelación la vida siguió, con subidas y bajadas, seguimos avanzando, siguieron pasando cosas, buenas, regulares y malas y todas las pasamos juntos.

Terminé mis estudios de bachillerato, empecé la carrera de Derecho.

Tuve mi primer hijo y mis padres fueron abuelos.

Terminé la carrera de Derecho, me casé con el padre de mi hijo mayor, seguí estudiando, tuve mi segundo hijo.

Empecé a trabajar, cambié de trabajo, me separé.

Empecé mi relación con mi marido y cuando empecé a preparar la boda con mi marido, sin buscarlos, me encontré con los datos completos de mi madre de nacimiento, que me hicieron cambiar mi fantasía sobre ella.

Eran unos datos que mis padres tenían, pero yo no había pedido, y ellos no me habían dado, así que yo tampoco les dije que los tenía…. hasta hace algo más de tres años, con motivo de la muerte de mi abuela y después de más de cinco años sin hacer nada con los datos, sentí que se ponía en marcha la cuenta atrás para hacer algo con esa información, y ante la presión de no saber qué hacer, cómo hacerlo y cuando hacerlo, el sufrimiento que ese no saber me suponía, junto con la pena por la muerte de mi abuela me “desbordé” y necesité ayuda y entonces encontré el Centro de Psicología Dinámica TH Reik, que es uno de los dos centros de apoyo post-adoptivo que tiene concertados la Comunidad de Madrid.

Durante los cinco años anteriores cambiaba de opinión constantemente, unos días quería utilizar los datos, contactar, preguntar, completar, agradecer, otros días no quería hacer nada con ellos, pero no podía olvidarlos, no podía evitar sentir curiosidad, casi necesidad. Estuve mucho tiempo debatiendo conmigo misma ¿qué era antes mi necesidad, mi curiosidad de saber, o su necesidad y su confianza de estar oculta?, unos me decían que yo tenía derecho a saber, y yo así lo sentía, pero al mismo tiempo sentía que ella tenía derecho a su intimidad, ¿qué sabía yo de su vida a parte de que había estado embarazada de mi, y que me había dado a luz en una clínica y me había entregado para que fuese adoptada?, ¿quien era yo para presentarme casi 40 años después en la vida de una desconocida?, ¿que consecuencias podía tener eso para mi, y para ella? Pero llegó un momento que el sufrimiento por la incertidumbre y la indecisión me superó, y decidí pedir ayuda para dejar de sufrir por no saber, por no intentarlo.

¿Qué tipo de ayuda me ofrecieron en el centro de apoyo post-adoptivo?

Acudí a terapia individual durante un tiempo, creo que en total fueron unas 10 sesiones, durante las cuales un día me acompañó mi marido, y otro día mis padres, encontré el apoyo necesario para superar el sufrimiento y poder decidir, qué hacer, cuándo hacerlo y cómo hacerlo, y sobre todo para lo más importante, para romper el silencio familiar, y poder hablar de adopción, de mi adopción, en casa, y por último para estar preparada para asumir lo que me pudiese encontrar al final de la búsqueda.

Una búsqueda de orígenes que no era conocer o saber de mi madre de nacimiento, sino que se trataba de tener más piezas de mi puzzle, intentar rellenar con realidad, no con fantasía, los pocos huecos que había, y como los datos de esos huecos no estaban escritos en ningún expediente, en ninguna escritura, en ninguna sentencia, esos datos sólo los tenía una persona y esa persona era mi madre de nacimiento, pues si los quería tener, tenía que intentar contactar.

Pero sobre todo, además de intentar completar mis propios datos, sentía la necesidad de agradecer a mi madre de nacimiento que me diese la oportunidad de vivir, por haberme dado a luz, por haberlo hecho en una clínica, por haberme entregado para que pudiese ser adoptada, por haber cumplido con todos los trámites, haber firmado todos los documentos necesarios para que yo pudiese llegar a ser la hija de mis padres, y todo esto lo sentía incluso antes de saber exactamente qué le había pasado.

Finalmente contacté con ella, que ha sido lo más difícil que he hecho en mi vida, y la realidad, como suele pasar, superó a la ficción, casi todas las opciones que yo había imaginado, que fueron muchas, muchísimas, se parecían poco a lo que me encontré.

¿Qué se ahora de mis orígenes?

He podido saber todo lo que he necesitado para completar mi puzzle: ¿quién soy? la que he dicho al principio ¿de donde soy? “cántabra por los 4 costados” ¿de quien soy? DE MIS PADRES; y sobre todo he podido saber ¿POR QUÉ? ¿qué le pasó a la mujer que me dio a luz y me entregó? que siguió adelante sola con un embarazo imprevisto, que nadie de su entorno sabe que yo existo, que mis genes y mi salud están bien, que ella tiene familia.

¿En que ha cambiado mi vida después de conocer mis orígenes?

En que en casa ya se puede hablar de adopción en general y de la mía en particular, antes, aunque habíamos pasado el momento de la revelación, seguíamos “biologizados”, seguía siendo un secreto de puertas para fuera, en casa éramos capaces hasta de hacer bromas pero poco más, nos reíamos entre nosotros cuando alguien intentaba sacarnos los parecidos, con frases del tipo: “la mismita carita de su abuela”, lo que provocaba la sonrisa de complicidad por lo menos, cuando no rompíamos en carcajada.

Ahora yo les digo a mis padres, que menos mal que no compartíamos genes, porque en ese caso sería casi perfecta e insoportable, yo me imagino con las piernas de mi padre, la cara de mi madre, la inteligencia de mi padre y la sensibilidad de mi madre, vamos una mezcla explosiva, pero que no, que tenía que venir yo con mis diferencias y mis desafíos a poner a prueba su paciencia, para que no se aburrieran; ahora nos reímos, incluso más que antes.

Después de la tormenta siempre llega la calma y aunque el momento ha sido duro, parecía que todo el trabajo de tantos años de formar un familia corría el riesgo de venirse abajo, ha merecido la pena, ahora estamos más unidos si cabe, ya sin silencios, sin dudas de quien es quien, mis padres tiene una única hija y yo tengo unos únicos padres, y además una madre de nacimiento y un progenitor, además mis padres tienen tres nietos, que también se han visto afectados por esto; hubo un momento en que mi padre me dijo, “hija me siento como si me hubiesen quitado un trozo tuyo y otro de cada uno de mis nietos

Y la mejor parte de esto está siendo que definitivamente estoy cumpliendo mi objetivo de compartir, comunicar, dar testimonio de cual puede ser el resultado de una adopción, con intención de concienciar, sensibilizar , desdramatizar y desmitificar la adopción.

En resumen compartiendo mi interés por la protección de menores, de forma que haya más adopción, que se de a la biología la importancia justa, que no se sobrevalore la genética, el embarazo y el parto, de forma que la adopción sea no sólo una medida de protección de la infancia, sino que también sea una opción, tanto para las mujeres que están embarazadas sin planificarlo, y puedan decidir no ser madres, como para las personas que decidan hacer o ampliar familia a través de la adopción, porque el amor, el afecto, no entiende ni de genes ni de leyes, porque no siempre hace familia un parto, no siempre hace familia una sentencia, LA FAMILIA LA HACE LA CONVIVENCIA.

4 comentarios:

  1. La verdad, es que me has emocionado, es precioso y real y además sincero.
    Eres muy fuerte y te admiro por todo lo que estás haciendo.
    Un beso.

    Merche

    ResponderEliminar
  2. Querida Beatriz como siempre poder leerte y escucharte me es reconfortante y es que tienes un don de palabra que es maravilloso.
    Gracias por éste regalo,pues,es un regalo,no todo el mundo plasma tan bien su historia y no todos comparten éstos sentimientos tan intimos que nos dejan en la mas natural desnudez del alma.…
    La frase de tu padre: hija este es el segundo día más feliz de mi vida, el primero fue cuando te tuvimos y este es el segundo. Dios!!! me ha emocionado muchisimo.Disfruta todo lo que puedas de tus padres como lo has estado haciendo porque a la vez que ellos piensan que tu eres un regalo de Dios ellos tambien son un regalo de Dios para ti,igual que los mios fueron para mi.
    Un abrazo y un beso amiga mia.

    ResponderEliminar
  3. Acabo de conocer tu blog y desde la emoción de poder tener algún día "mi regalo de Dios etíope" que lleva en espera y paciencia casi tres años te quiero dar las GRACIAS por compartir tu historia.
    Un fuerte abrazo
    Elo

    ResponderEliminar
  4. Me ha encantado Beatriz. Y que decir tiene que me he identificado muchísimo con tus sentimientos. Un abrazo fuerte.

    ResponderEliminar