viernes, 27 de marzo de 2015

¿ES UN DERECHO EL CONOCIMIENTO DE LOS ORÍGENES DE LAS PERSONAS ADOPTADAS?

Otra vez casi pasa un mes hasta que vuelvo a encontrar el momento para hacer la introducción y el epílogo de este nuevo fragmento de mi trabajo de fin de Master en Mediación Familiar, y llegamos a la parte más áspera y más controvertida, que por desgracia todavía no tiene una respuesta única y universal.

Poco o nada puedo añadir a lo escrito en el propio trabajo que sin más preámbulo dejo a continuación: 

III.- ¿ES UN DERECHO EL CONOCIMIENTO DE LOS ORÍGENES DE LAS PERSONAS ADOPTADAS?

Tras el análisis pormenorizado de lo que son los orígenes en general y de las personas que hemos sido adoptadas en particular, tras las definiciones de  necesidad, derecho y responsabilidad, tras la afirmación de que el conocimiento de los orígenes es una necesidad toca ahora analizar si esa necesidad es un derecho, es decir, si ha sido recogida de alguna forma en algún texto legal.

Como ya he anticipado a pesar de mi formación jurídica, no voy a entrar a analizar la situación legal del conocimiento de los orígenes de las personas que han sido adoptadas ni en los distintos ordenamientos jurídicos, porque la situación es diferente según los países, y según los momentos, como ya he mencionado existen situaciones totalmente opuestas, ya que hay países como España en los que sí es un derecho y hay países en los que no lo es, del mismo modo en que existen países como E.E.U.U. o Alemania donde existe la adopción abierta, es decir, con conocimiento y contacto entre las familia de origen, el hijo y la familia adoptiva y por el contrario la mayoría de los países tienen sistemas de adopción cerrada, es decir, sin conocimiento ni contacto entre la familia de origen, el hijo y la familia adoptiva, no quiero dejar de mencionar una situación para mi llamativa como es el hecho de que en E.E.U.U. existe la adopción abierta, en convivencia con la adopción semi-abierta, sólo con conocimiento y compartiendo información pero sin contacto, también coexiste la adopción cerrada, y no sólo eso sino que además hay estados que tiene los archivos sellados, es decir, la persona que ha sido adoptada no puede acceder a sus datos de filiación biológica, aunque estos estén recogidos en esos archivos.

Dicho esto, y puesto de relieve la disparidad de ordenamientos jurídicos sólo voy a hacer mención de algunos artículos del ordenamiento jurídico internacional y directamente voy a hacer referencia a la legislación nacional según la cual EL CONOCIMIENTO DE LOS ORÍGENES DE LAS PERSONAS ADOPTADAS ES UN DERECHO, no voy a detallar ni recoger aquí los textos legales autonómicos, referidos a Protección de Menores y a Mediación Familiar que, incluso con anterioridad a la Ley de Adopción Internacional, ya habían reconocido y enunciado el derecho a saber de las personas adoptadas, unas de forma explícita las de Protección y otras de forma implícita las de Mediación.

III.1.- CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO
Adoptada y abierta a la firma y ratificación por la Asamblea General en su resolución 44/25, de 20 de noviembre de 1989

Artículo 7

1. El niño será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos.

2. Los Estados Partes velarán por la aplicación de estos derechos de conformidad con su legislación nacional y las obligaciones que hayan contraído en virtud de los instrumentos internacionales pertinentes en esta esfera, sobre todo cuando el niño resultara de otro modo apátrida.

Artículo 8

1. Los Estados Partes se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de conformidad con la ley sin injerencias ilícitas.

2. Cuando un niño sea privado ilegalmente de algunos de los elementos de su identidad o de todos ellos, los Estados Partes deberán prestar la asistencia y protección apropiadas con miras a restablecer rápidamente su identidad.



III.2.- LEY 54/2007, DE 28 DE DICIEMBRE, DE ADOPCIÓN INTERNACIONAL.

Exposición de motivos
III
…..
También en este Capítulo se impone a los adoptantes una serie de obligaciones postadoptivas y se reconoce el derecho de los adoptados a conocer sus orígenes biológicos.
Consciente el legislador de la trascendencia de esta cuestión desde la perspectiva del libre desarrollo de la personalidad de las personas adoptadas, se ha conjugado el ejercicio de este derecho con las necesarias cautelas para proteger la intimidad de las personas afectadas. De esta forma se establecen dos limitaciones fundamentales: por una parte, la legitimación restringida a la persona del adoptado una vez alcanzada la mayoría de edad o bien con anterioridad si está representada por sus padres y, por otra parte, el asesoramiento e intervención necesaria de las Entidades Públicas competentes para facilitar el acceso a los datos requeridos.
…..
Artículo 12. Derecho a conocer los orígenes biológicos.

Las personas adoptadas, alcanzada la mayoría de edad o durante su minoría de edad representadas por sus padres, tendrán derecho a conocer los datos que sobre sus orígenes obren en poder de las Entidades Públicas españolas, sin perjuicio de las limitaciones que pudieran derivarse de la legislación de los países de que provengan los menores. Este derecho se hará efectivo con el asesoramiento, la ayuda y mediación de los servicios especializados de la Entidad Pública de Protección de Menores u organizaciones autorizadas para tal fin.

Las Entidades Públicas competentes asegurarán la conservación de la información de que dispongan relativa a los orígenes del niño, en particular la información respecto a la identidad de sus padres, así como la historia médica del niño y de su familia.

Las Entidades colaboradoras que hubieran intermediado en la adopción deberán informar a las Entidades Públicas de los datos de los que dispongan sobre los orígenes del menor.

Artículo 13. Protección de datos de carácter personal.

1. El tratamiento y cesión de datos derivado del cumplimiento de las previsiones de la presente Ley se encontrará sometido a lo dispuesto en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal.

2. Los datos obtenidos por las Entidades Públicas o por las Entidades Colaboradoras de Adopción Internacional únicamente podrán ser tratados para las finalidades relacionadas con el desarrollo, en cada caso, de las funciones descritas para cada una de ellas en los artículos 5 y 6.2 de la presente Ley.

3. La transferencia internacional de los datos a autoridades extranjeras de adopción únicamente se efectuará en los supuestos expresamente previstos en esta Ley y en el Convenio de La Haya de 29 de mayo de 1993, relativo a la protección del niño y a la cooperación en materia de adopción internacional.

Disposición final primera. Modificación de determinados artículos del Código Civil.
…….
Cuatro. Se adiciona un nuevo número al artículo 180 que queda redactado en los siguientes términos:

«5.º Las personas adoptadas, alcanzada la mayoría de edad o durante su minoría de edad representadas por sus padres, tendrán derecho a conocer los datos sobre sus orígenes biológicos. Las Entidades Públicas españolas de protección de menores, previa notificación a las personas afectadas, prestarán a través de sus servicios especializados el asesoramiento y la ayuda que precisen los solicitantes para hacer efectivo este derecho.»


            Ya he dicho que no quiero hacer un análisis jurídico de la situación del derecho a conocer los datos sobre sus orígenes biológicos de las personas adoptadas, sólo quiero destacar su existencia en el ordenamiento jurídico español, desde hace relativamente poco tiempo, aunque es cierto que desde 1999, momento en el que desapareció el llamado parto anónimo, la práctica judicial ha ido reconociendo paulatinamente ese derecho, caso por caso.

            Quiero decir, que todavía no se trata de un derecho absoluto, reconocido internacionalmente y con la categoría de un derecho fundamental de los recogidos en la Constitución Española, es cierto que en la Carta Magna se reconoció el derecho a investigar la paternidad, pero creo que no me equivoco cuando digo que ese derecho fundamental no se reconoció pensando en las personas adoptadas, sino en la cantidad de hijos ilegítimos naturales o no naturales que carecían de filiación paterna y que tras la declaración de igualdad entre todos los hijos con independencia de su origen o filiación, también recogida en el texto constitucional como derecho fundamental, podrían verse muy beneficiados al poder disfrutar de ese reconocimiento de filiación paterna previa declaración voluntaria del progenitor o incluso en contra de su voluntad, tras la correspondiente investigación científica y judicial.



Por esta razón del dudoso reconocimiento y calificación de este derecho, que hoy lo es, pero puede dejar de serlo, es por lo que he hecho tanto hincapié en la categoría de necesidad y en todos los posibles componente de los orígenes de las personas adoptadas, para abordar el tema desde una perspectiva más amplia, multidisciplinar y casi más humana que legal.  

Somos muchas las personas que desde nuestras profesiones y nuestro trabajo diario defendemos el derecho de las personas adoptadas a conocer sus orígenes, con más o menos esfuerzo, con más o menos éxito, porque lamentablemente se puede afirmar sin género de dudas que el conocimiento de los orígenes de cualquier persona es una necesidad y en España también es un derecho, no así en otros países y además en España a pesar de estar reconocido el derecho no está regulado el ejercicio del mismo de forma única y no todas las Comunidades Autónomas lo recogen y lo cumplen del mismo modo, en consecuencia el trabajo en los juzgados y tribunales también es diferente a veces sencillo, rápido y satisfactorio otras veces sin embargo es complicado, lento y frustrante.

Son muchas las organizaciones, que defienden y trabajan por el DERECHO A SABER, porque sea un derecho universal, un derecho humano cuyo ejercicio sea libre, para satisfacer una necesidad humana y universal.







domingo, 8 de marzo de 2015

¿Y EN EL CASO DE LAS PERSONAS SEPARADAS POR LA ADOPCIÓN?

Han pasado enero y febrero sin que haya sido capaz de hacer una nueva entrada, ha llegado marzo y precisamente hoy día 8, día Internacional de la Mujer, me ha llegado la inspiración para escribir y hacer la introducción a este nuevo apartado de mi trabajo de fin de master, en el que después de haber concluido y afirmado sin género de dudas, que es una necesidad el conocimiento de los orígenes para todas las personas, incluidas las adoptadas, ahora se plantea la pregunta a la inversa.



Hoy, dedico mi entrada a las mujeres en general y en particular a aquellas cuyas vidas cambiaron con motivo de la adopción, tanto "a todas la mujeres valientes que llevan adelante sus embarazos y dejan a sus bebés nacer a pesar de saber que otros serán sus padres" según la dedicatoria del libro "Esta es tu historia" de Ana Berástegui Pedro-Viejo y Blanca Gómez Bengoechea, como a aquellas que se vieron privadas de la posibilidad de ser las madres de sus hij@s porque otras personas decidieron por ellas y por sus hij@s que la mejor opción para todos era la separación y la adopción; en definitiva dedico este día y esta entrada a todas las MADRES SIN HIJ@.

II.2.- ¿Y EN EL CASO DE LAS PERSONAS SEPARADAS POR LA ADOPCIÓN?

            Son muchas las personas miembros de las familias de origen de las personas adoptadas, que manifiestan su deseo, en forma de necesidad, de conocer cuál ha sido el destino final de aquella persona. Son algunas las madres, muy pocos los padres, y muchos los hermanos que les gustaría saber qué fue de sus hijos o hermanos, algunos incluso llegan a manifestar un deseo de “recuperar el tiempo perdido” y establecer y mantener una relación con esa persona.

En los casos de renuncia / entrega /cesión / donación  por parte de la madre biológica o de nacimiento, la mayoría desean seguir ocultas, a ser posible anónimas, no obstante hay algunas mujeres que movidas por un sentimiento de culpa desean darse a conocer, para poder dar explicaciones sobre los motivos que les llevaron a tomar aquella decisión en aquel momento y buscar la empatía y comprensión de los que fueron sus hijos. Hay mujeres que sin haber experimentado sentimiento de culpa, estando seguras de que la decisión fue muestra de un acto de responsabilidad, están dispuestas a ser encontradas, algunas incluso pasan a la acción de búsqueda activa, no para buscar empatía y comprensión sino para satisfacer la posible necesidad de saber que pueda tener en la edad adulta la persona que fue adoptada y que antes fue su hijo/a.

En los casos de abandono el sentimiento de culpa suele ser tan fuerte suele ser tanta la vergüenza, que impide que cualquier persona manifieste su deseo o necesidad de saber qué fue de su hijo/a. Cuando hay hermanos que saben de la existencia de ese hermano/s abandonado/s sí suelen manifestar su deseo de saber algo de esa persona que fue su hermano/a, porque ellos como iguales están libres de ese sentimiento de culpa que suele acompañar a los progenitores y son muchos los que se acercan a las instituciones de protección de menores a preguntar por esos hermanos.

En los casos de orfandad, evidentemente los progenitores no van a buscar, pero sí puede que lo hagan otros parientes, tíos o hermanos que a pesar de no haberse podido hacer cargo de la tutela de esos menores, pasado el tiempo manifiestan su deseo de saber algo de esa persona que fue su pariente, porque ellos aunque pueden sentir algo de culpa, pero con el paso del tiempo puede suavizarse o borrarse y algunos también se acercan a las instituciones de protección de menores a preguntar por esos parientes.


En los casos de retirada de la familia de origen con la consiguiente suspensión primero y privación final de la patria potestad se está dando el caso de que las familias de origen, especialmente los progenitores u otros parientes como abuelos o tíos, se están “lanzando” a la búsqueda de sus descendientes o parientes, porque habitualmente la retirada de la familia de origen no suele ser una cuestión pacífica, es decir, no suele ser aceptada de buen grado por la familia de origen, que habitualmente considera que la administración que ha acordado la medida de protección se ha excedido en sus facultades, y difícilmente reconocen sus carencias, sus limitaciones, sus negligencias y sus incumplimientos, es decir, no suelen reconocer la situación de riesgo y desamparo de los menores, de forma que en ningún caso suelen aceptar que la medida de protección, que actualmente es la adopción, se ha acordado en beneficio del menor. Hay casos en los que sí hay hermanos, que sí pueden entender y aceptar que la adopción ha sido acordada en beneficio del menor y no obstante les gustaría poder saber algo de esa persona que anteriormente fue su hermano/a.  

En los casos de compra-venta, igual que en los caso de orfandad, los progenitores no van a buscar, pero si hay otros parientes, especialmente hermanos que llegan a saber de la existencia de ese hermano/a vendido/a, probablemente sí quiera saber algo sobre el destino de esa persona.
           


En los casos de robo, es decir, de separación de la familia de origen sin su conocimiento o consentimiento, creo que son todas las mujeres, las que manifiestan su deseo de buscar, encontrar contactar y relacionarse con aquel “hijo desaparecido”.

En el preámbulo de dicho que actualmente son muchas, muchísimas las familias que están sospechando que los hijos que en su día dieron por muertos, no están muertos sino que fueron separados sin su conocimiento, sin su consentimiento y contra su voluntad, para ser entregados a otras familias “demandantes” de adopción.

En el apartado B.2 ROBO del punto I. 1. 2.1.-CAUSAS DE ADOPTABILIDAD he señalado que en los posibles robos pueden haber estado implicadas varias personas, entre ellas algunos padres, algunos abuelos y algunos hermanos que seguramente no quieran saber nada de aquellos menores que fueron separados de sus madres por su culpa, ahora bien si la separación se llevó a cabo por culpa de los trabajadores sociales, médicos, enfermeras y demás personal sanitario, todos los miembros de la familia querrán saber qué fue de aquel bebé.


En los casos de apropiación, es decir, de inscripción  como hijos biológicos de sus padres definitivos, tanto si ha habido antes compra-venta o robo;  o no ha habido ninguno de esos supuestos y simplemente los hijos fueron entregados de forma consciente por parte de la familia de origen sin mediar precio de por medio, sin dejar constancia de sus datos a fin de ocultar su identidad, el hecho del embarazo, el parto y la entrega, como hemos visto en el caso de compra-venta no habrá movimientos por parte de la familia de origen, en el caso de robo como hemos visto dependerá de quien haya intervenido en el robo y si no ha habido ni compra-venta ni robo, sino que fue una entrega consciente, pero prescindiendo incluso de la opción del parto anónimo, al igual que en los casos de renuncia / entrega / cesión /donación, dependerá del sentimiento de culpa de la mujer que dio a luz y desapareció el que desee saber algo del que fue su hijo/a o no.

Pues bien, una vez señaladas las diferentes causas de adoptabilidad y las personas que tuvieron algo que ver en que los menores fuésemos adoptables y los posibles deseos o no de casi todos ellos de saber algo de los que fuimos sus hijos, nietos, hermanos y demás parientes, y sin perder de vista la definición que estamos manejando sobre la necesidad, creo que podemos afirmar que no es una necesidad para la mayoría de ellos, sólo será una necesidad en aquellos casos en los que la integridad la salud, especialmente mental, de una persona se pueda ver comprometida por la falta de conocimiento del destino final del que fue su hijo o pariente.

Cuando digo esto último estoy pensando especialmente en aquellas mujeres que tuvieron poco o nada que decir, sobre el destino final de los bebés que dieron a luz y aquí tengo que hacer hincapié en un asunto como la diferencia entre voluntad y consciencia, no es lo mismo ser consciente de que el destino final de un bebé va a ser la adopción, ya sea haciendo uso del parto anónimo, ya sea dejando los datos de filiación, ya sea dejándolo en una institución de protección de menores o ya sea desapareciendo y permitiendo que sea inscrito como hijo de otras personas, que ese acto consciente sea plenamente voluntario. Son muchas las mujeres que son conscientes de lo que hacen, pero realmente piensan que no tienen otra opción, que se ven forzadas por las circunstancias, el entorno y demás, porque si de verdad pensasen y sintiesen que podían hacer otra cosa, seguramente todas manifestarían su voluntad de ser madres, a pesar de que en la mayoría de los casos se trata de embarazos imprevistos.

Así pues, en los casos en los que la voluntad no estuvo muy presente, incluidos por supuesto los casos de robos, es muy probable que sí, que el deseo de saber qué fue de los que fueron sus hijos se manifieste en forma de necesidad, porque del mismo modo que los hijos ante el desconocimiento de nuestros orígenes, imaginamos y fantaseamos para rellenar los huecos vacíos, con lo que ya he señalado que eso puede suponer hasta el punto de comprometer nuestro desarrollo personal y demás, en el caso de las mujeres, de las madres, puede pasar lo mismo, ellas también imaginan, también fantasean, sobre el posible destino final de los que fueron sus hijos, muchas de ellas  temen ser encontradas y que se descubra su secreto, incluso algunas pueden caer en depresiones, al poco tiempo del parto o muchos años después ante situaciones emocionalmente fuertes, incluso puede que el hecho de haberse quedado embarazada sin preverlo y de dar a luz y no llegar a ser la madre de ese bebé les afecte para el resto de su vida en la forma de relacionarse con el sexo contrario en la forma de afrontar posibles posteriores embarazos y maternidades.


Quiero decir con ello, que habrá casos en los que el conocer el destino de los hijos o nietos o hermanos sí será una necesidad y en otros casos no llegará a convertirse en una necesidad, como hemos dicho dependerá de si su satisfacción o no pone en riesgo o compromete su desarrollo personal, intelectual, afectivo, familiar, social, profesional, etc...


En definitiva, vemos como para muchas mujeres que parieron y no llegaron a ser madres su necesidad y su deseo es seguir ocultas y anónimas  y sin embargo hay otras mujeres, que en su mayoría poco o nada pudieron hacer o decir sobre su maternidad, cuya necesidad es buscar y saber qué fue de sus descendientes, entre ambas existe un grupo de mujeres que no esperan ni desean ser buscadas y encontradas, y al mismo tiempo están dispuestas y disponibles para ser localizadas.

martes, 23 de diciembre de 2014

¿ES UNA NECESIDAD EL CONOCIMIENTO DE LOS ORÍGENES?

Y ya estamos en Navidad, y como "regalo" me ha venido la inspiración para esta nueva entrada, lo curioso es que ha sido gracias a varios elementos: 
- la portada de un libro, que no tiene nada que ver con orígenes, ni adopción, pero a mi me "conectó"
- una película, que todavía no había visto con mi hija, que se titula Enredados cuya protagonista es Rapunzel. Para mi ha sido una sorpresa la película, típica de princesas Disney, entre cursi y "pastelosa", pero siempre con un toque "profundo" respecto a las relaciones entre niñ@s y adultos, a mi modo de ver poco sanas ¿o no?
- la conferencia inaugural de las V Jornadas sobre Parentalidad Positiva a cargo de Felix Loizaga, durante la que tomé nota, entre otras, de dos frases, que resuenan en mi cabeza: "la memoria emocional reprime, no olvida" y "no estar en la mente del adulto referencial duele".

Y dejo aquí la introducción porque el texto en esta ocasión es algo largo, como se puede comprobar a continuación:

II.- ¿ES UNA NECESIDAD EL CONOCIMIENTO DE LOS ORÍGENES?

Podemos afirmar que el conocimiento de nuestros orígenes SÍ es una necesidad, porque el desconocimiento de los mismos puede poner en riesgo de alguna manera, nuestro desarrollo como seres humanos, la formación, definición y desarrollo de nuestra personalidad se puede ver comprometida si desconocemos en parte o en todo nuestros orígenes, ya sean datos civiles, datos médicos o datos genéticos (ADN), sin olvidarnos que junto con los datos están las circunstancias.

Podemos afirmar que todo ser humano necesita saber de dónde viene para poder saber de dónde es y de quién es, en definitiva para intentar saber hacia dónde va.



Y esta afirmación la podemos aplicar no sólo a cada uno de los seres humanos de forma individual, sino al conjunto de los seres humanos como especie animal, como conjunto de seres vivos, que desde siempre ha buscado el origen de la humanidad, del resto de seres vivos, del planeta, del sistema solar y del universo, en definitiva, saber de dónde venimos, para intentar averiguar hacia dónde vamos.

Dado que el conocimiento de los orígenes es una necesidad, más adelante analizaremos quien o quienes son los responsables de atender, de poner los medios físicos y/o materiales para atender esa necesidad.

II.1.- ¿Y EN EL CASO DE LAS PERSONAS QUE HAN SIDO ADOPTADAS?

Como he dicho en el caso de las personas que hemos sido adoptadas, hay otros  elementos que forman parte de nuestros orígenes, que no son ni los datos, ni las circunstancias, me refiero los POR QUÉ, a las causas de adoptabilidad, es decir, qué tuvo que pasar para que pudiésemos o tuviésemos que ser adoptados, es decir, qué pasó desde nuestro nacimiento hasta nuestro encuentro con nuestros padres y a las motivaciones y trámites para adoptar, es decir, qué hizo que nuestros padres optasen por la adopción para ser padres y qué tuvieron que hacer hasta el encuentro con nosotros.

Pues bien, si podemos afirmar que para todos los seres humanos es una necesidad el conocimiento de los orígenes, para las personas que hemos sido adoptadas, como seres humanos que somos, lo es igualmente, además en esa necesidad de conocimiento se incluyen todos los elementos: los datos, las circunstancias y los por qué.

Si todos necesitamos de los datos y las circunstancias para saber de dónde somos y de quién somos, los que hemos sido adoptados además necesitamos saber los por qué.



Todos los seres humanos, de forma consciente o inconsciente, nos preguntamos por nuestros orígenes: a quien nos parecemos, física y psicológicamente, cómo es nuestra salud, podemos sufrir alguna enfermedad por causa de nuestros antecedentes familiares, qué pasó en nuestra familia, cómo se conocieron nuestros padres, etc…

La mayoría de las personas, que han nacido y se han criado dentro de sus propios orígenes, dentro de su entorno familiar biológico, no son conscientes de que al mirarse al espejo, al ver los álbumes de fotos o películas domésticas, están viendo parte de sus orígenes, sus datos genéticos, incluso parte de sus datos civiles, porque habitualmente en las fotos y películas caseras se recogen imágenes de acontecimientos familiares, tales como bodas, nacimientos, etc…, y además también de forma inconsciente reciben información de sus datos médicos, cuando van a la consulta del pediatra primero y del médico de familia después y van acompañados por algún miembro de la familia que suele contestar a las preguntas claves sobre antecedentes familiares. Respecto a las que he llamado circunstancias, esa información también va surgiendo de forma natural y espontánea a lo largo de la vida de cada persona que la recibe de forma inconsciente, porque hay algún miembro de la familia que cuando hay ocasión relata parte de la historia familiar, por ejemplo se habla de los embarazos, de los partos, de las crianzas, en muchas ocasiones con motivo de algún nuevo embarazo en la familia, en el vecindario o en el grupo de amigos, o sencillamente con motivo de alguna noticia o película, es cierto que, por una posible cuestión de intimidad, no se entra en los detalles de la concepción y que a todos nos gustaría saber que hemos sido concebidos en un acto voluntario y consciente, y que hemos sido buscados y esperados por nuestros padres, pero todos sabemos que la realidad es otra, no todos podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que sí que hemos sido concebidos en un acto de amor y entrega mutua.



Como digo la mayoría de las personas ni siquiera son conscientes de cómo están recibiendo la información respecto a sus orígenes, porque las respuestas vienen solas, están ahí, presentes, no hace falta llegar a hacer las cuestiones, y en caso de que haga falta hacer alguna pregunta, se puede hacer, porque el entorno forma parte de los orígenes, las personas están ahí y se les puede preguntar. De forma que una vez que se tiene las respuestas y se han interiorizado los datos y las circunstancias de los orígenes, se elaboran consciente o inconscientemente las vinculaciones, las filias y las fobias hacia nuestros propios orígenes, hacia la historia familiar.

Pues bien, todo esto no ocurre en la mayoría de los casos de las personas que hemos sido adoptadas, sino todo lo contrario, porque en la mayoría de los casos no sabemos nada de nuestros orígenes, y en ocasiones, los que sí saben algo, no lo cuentan por miedo a hacernos daño, a que les interroguemos, a que les cuestionemos, a que les reprochemos algo, a que les rechacemos, a que  nos “enamoremos” de nuestros orígenes y salgamos en su búsqueda.

Las respuestas a nuestras preguntas sobre nuestros datos y nuestras circunstancias no suelen estar en nuestra documentación y además no nos llegan desde las fotos o las películas, no solemos encontrarlas en las historias familiares. A veces, especialmente en los casos de adopciones internacionales interraciales,  puede surgir de forma natural y espontánea, el compartir la información a cerca de algunas de las circunstancias, es decir, no nos pueden hablar de concepción, embarazo, parto o crianza, como ocurre en otras familias constituidas por naturaleza, pero sí nos pueden hablar de los trámites, de lo que tuvieron que hacer para llegar a ser nuestros padres, los exámenes psico-sociales hasta conseguir el Certificado de Idoneidad, los años que tuvieron que esperar, los viajes que tuvieron que hacer, la gente a la que conocieron, puede incluso que lleguen a hablar de los costes y los gastos del procedimiento, y otros también, a pesar de poder ser algo muy íntimo casi comparable al momento de la concepción en la filiación por naturaleza, pueden llegar a hablar, contar, compartir las motivaciones para la adopción, llegando a compartir asuntos tan delicados como la posible infertilidad o esterilidad, pero esto último no es habitual del mismo modo que tampoco es habitual detallar el momento de la concepción en los casos de filiación por naturaleza, en el caso de la adopción porque puede ser un tema doloroso para los padres, en el caso de la naturaleza por ser un tema que puede producir rubor.

Al igual que en la filiación por naturaleza, en la filiación por adopción se puede dar la ocasión para relatar esta parte de la historia familiar, con motivo de la llegada  de algún nuevo menor, ya sea por adopción o por embarazo, a la familia, al vecindario o al grupo de amigos, o sencillamente con motivo de alguna noticia o película, es cierto que, por una posible cuestión de intimidad, no se entre en los detalles de las motivaciones y que a todos nos gustaría saber que hemos sido adoptados por un acto voluntario, consciente y generoso como es el simple y amplio deseo de ser padre/madre y que hemos sido buscados y esperados por nuestros padres, pero como hemos visto la realidad puede ser otra muy distinta y  no todos podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que sí que hemos sido adoptados por un acto de generosidad y siguiendo todos los tramites y cumpliendo todos los requisitos legales, lamentablemente muchos de nosotros hemos sido “conseguidos” y algunos a cualquier precio.



A veces de forma natural hacemos propias las historias familiares y las incorporamos a nuestro imaginario casi sin ser conscientes de ello, pero eso no siempre es así, y en cualquier caso llega un momento, no siempre el mismo ni para todos igual, en el que nos cuestionamos, como he dicho en otro momento anterior, no sólo por nuestros datos y circunstancias sino sobre todo por nuestros POR QUÉ, una vez que entendemos la diferencia entre la función reproductiva de la especie humana y la función de relación y de constitución de familias y grupos sociales, somos muchos los que buscamos las respuestas, para saber qué tuvo que pasar con nosotros para que pudiésemos o tuviésemos que ser adoptados, y para saber qué es lo que motivó a nuestros padres a adoptarnos y que es lo que ellos tuvieron que hacer para llegar a adoptarnos, no sólo por la información en si misma, que puede ser más o menos aceptable, más o menos dolorosa, más o menos neutra, sino por saber también cómo nuestros padres llevaron a cabo el proceso de adopción, de derecho o de hecho, la motivación, los pasos que dieron, de forma que en definitiva podamos saber qué debemos o podemos sentir hacia nuestros orígenes, y en algunos casos también hacia nuestros padres, el saber si el por qué ha sido una adopción propiamente dicha o una apropiación puede determinar nuestros sentimientos tanto hacia unos como hacia otros.

Del mismo modo que nuestros orígenes, es decir, la combinación de nuestros datos civiles, médicos, y genéticos (ADN) y las circunstancias de nuestra concepción, gestación y nacimiento,  van a ser uno de los componentes de nuestra personalidad, van a tener algo que ver, que no a determinar, en nuestra apariencia externa y nuestra forma de ser y puede que hasta de comportarnos, en el caso de las personas adoptadas el conocimiento de los POR QUÉ, van a ser uno de los factores de nuestra sensibilidad, van a tener algo que ver,  a veces también a determinar, en nuestros sentimientos hacia nuestras familias de origen, hacia nuestras familias definitivas y puede que hacia nosotros mismos.

He señalado anteriormente que es común en todas las personas que hemos sido adoptadas y que no conocemos nuestros orígenes el imaginar, el rellenar con fantasías los huecos de nuestra historia, en consecuencia, el desconocimiento de nuestros orígenes y la libre creación de fantasías, no sólo respecto a la información en si misma, sino también respecto a nuestros propios sentimientos, puede ser un riesgo incluso para nuestra salud mental, porque puede afectar a la construcción de nuestro propio yo, al auto-concepto de nuestra persona, puede afectar a nuestra autoestima y en el peor de los casos llevarnos incluso a la depresión.

Ante la falta de datos es muy fácil imaginarnos a nosotros mismos en una gran variedad de situaciones, por ejemplo: hijos de una mujer que pensando en solucionar un problema, su embarazo de nosotros, decide conscientemente entregarnos en adopción, para darnos una oportunidad de tener una vida mejor, sobre esa fantasía nuestros sentimientos hacia nuestros orígenes pueden ser de compasión, comprensión y gratitud; otra fantasía muy fácil es la de la mujer que no supo cuidarse, que no supo evitar quedarse embarazada, en ese caso nuestros sentimientos hacia nuestros orígenes pueden ser de desconfianza, incluso desprecio y provocar en nosotros un abrumador sentimiento de abandono, creo que todos hemos imaginado en alguna ocasión ser hijos de una prostituta o de una violación, incluso de una artista. En cualquiera de los casos cada fantasía, tenga o no parecido con la realidad, va a producir en nosotros unos sentimientos, y si bien las fantasías pueden ser neutras, positivas o negativas, los sentimientos en ningún caso nos dejan indiferentes, tanto respecto a nuestra familia de origen, como hacia nuestra familia definitiva y por supuesto hacia nosotros mismos.



Hay un dato en las personas que hemos sido adoptadas que para las demás personas pasa desapercibido y que nosotros por el contrario solemos carecer de él, me refiero a los hermanos, una persona que nace y se cría entre sus orígenes, jamás se hará la pregunta sobre ¿Cuántos hermanos/as tengo?, porque la respuesta la tiene presente constantemente, incluso en el caso de que algún hermano haya fallecido antes de su nacimiento y no le haya conocido, más tarde o más temprano lo sabrá, y podrá preguntar todo lo que quiera o necesite sobre ese hermano, incluso en los casos de familias reconstituidas, de  hermanos sólo de padre o sólo de madre, la información suele estar ahí presente o accesible.

Por el contrario en el caso de las personas que hemos sido adoptadas solemos preguntarnos ¿Cuántos hermanos/as puedo tener? y habitualmente no tenemos respuesta, y puede ser una cuestión que llegue a inquietar bastante, hasta el punto de influir irremediablemente en el modo de relacionarnos con el sexo contrario por un miedo subyacente y a veces inconsciente de enamorarnos de nuestro propio hermano/a. Esta falta de información es contradictoria con la prohibición legal de contraer matrimonio ente hermanos, porque si no sabes de quien somos hermanos, difícilmente podemos cumplir con la prohibición.

Este último planteamiento lo he destacado para incluirlo como otra más de las razones que contribuyen a que el conocimiento de los orígenes por parte de las personas adoptadas sea considerada realmente una necesidad, porque como podemos ver, partiendo de la definición, enunciada de forma negativa, de una necesidad, la ausencia o carencia del conocimiento de nuestros orígenes puede poner en riesgo o comprometer nuestro desarrollo personal, intelectual, afectivo, familiar, social, profesional, etc... .

Por último quiero añadir una reflexión sobre lo perjudicial que puede resultar el no saber nada sobre los orígenes para cualquier persona, pero muy especialmente para las personas que han sido adoptadas. Es una situación común a cualquier ser humano el sufrir de angustia o ansiedad, ante el desconocimiento de lo futuro, a todos nos inquieta no saber que va a pasar más adelante en cualquier situación, y más cuando se espera algo en particular, por ejemplo, la nota de un examen, el resultado de unos análisis, la respuesta a una solicitud de empleo, el cobro de una deuda, la sentencia en un juicio, etc…situaciones que todos pasamos más tarde o más temprano en nuestras vidas, y que si recordamos nos hacen sentir como digo ansiosos o angustiados. Pues bien, si todos somos capaces de identificar ese malestar, ese sufrimiento por no conocer el futuro, por favor, hagamos el esfuerzo de ponernos en la situación de las personas que hemos sido adoptadas y desconocemos nuestro pasado.

Es muy común escuchar entre las personas adoptadas, que necesitan saber, que quieren saber, que prefieren saber su pasado por duro que pueda ser antes que no saber nada, porque el no saber es una de las situaciones más inquietantes y angustiantes posibles, si además de no saber contamos con mentiras o con fantasías el riesgo para nuestra persona y nuestra personalidad es aún mayor.

Habrá quien, en oposición a este planteamiento del conocimiento de los orígenes como una necesidad y de esta reflexión a cerca de lo perjudicial del desconocimiento del pasado, afirme que sea mejor no saber nada, que para encontrar cosas desagradables, mejor no buscar. Quien así habla lo hace desde una situación de prejuicio y de falta de empatía, dando por hecho que todas las personas que hemos sido adoptadas tenemos nuestros orígenes en algún hecho reprochable imputable a nuestra familia de origen y sin tener en cuenta las posibles circunstancias que hicieron posible nuestra adoptabilidad, tanto las conscientes como las inconscientes, tanto las legales como las delictivas.




Sobre este asunto yo suelo concluir diciendo que vale más cualquier verdad, por dura que sea, que cualquier mentira o cualquier fantasía, que si la realidad de nuestros orígenes es muy dura, es probable que necesitemos ayuda para poder asumirlos aceptarlos e incorporarlos de forma natural a nuestra vida, que por mucho que puedan doler son parte de nosotros, que por el contrario seguramente nos dolerá más saber que nos han mentido o vivir en una fantasía ya sea agria o dulce."    

Y ya para concluir, no quiero añadir nada más sólo "espero que mis palabras desordenen tu conciencia" (Celtas Cortos - "20 de abril del noventa") y por su puesto desear a todo el mundo una feliz Navidad y Próspero Año Nuevo con la felicitación que mi socia y yo hemos encargado y que nos ha preparado la diseñadora de WOO que conocimos durante el Programa Comienza de la UNED que cursamos este año que ahora termina


¡Hasta el año que viene!

viernes, 21 de noviembre de 2014

¿NECESIDAD, DERECHO, RESPONSABILIDAD?

Vaya, otra vez que he pasado más de un mes sin escribir en el blog!!.... y es que he estado bastante ocupada y encantada de estarlo, en Octubre estuve unos cuantos días en Zaragoza, asistiendo al VIII Congreso Internacional AFIN (web AFIN) que esta vez llevaba por título: "De adopciones, acogimientos y nacimientos: `diversidades´y `normalidades´", organizado en esta ocasión por AFADA la Asociación de Familias Adoptantes de Aragón (www.afada.es). Una vez más he aprendido un montón, y espero haber enseñado algo con mi breve comunicación sobre "Mediación: desde los orígenes".Como siempre ha sido un placer coincidir con tantos y grandes profesionales, algunos conocidos ya hace tiempo, incluso amigos y otros nuevos y desde ya también amigos. La parte profesional ha sido estupenda y la parte social casi mejor, para mi ha sido muy emocionante volver a Zaragoza seis años después de haber asistido a otro evento organizado también por AFADA donde tuve ocasión de coincidir por primera vez en mi vida con un grupo de personas adultas adoptadas, entre ellas las representantes de la asociación francesa La Voix des Adoptes, con quienes sigo manteniendo el contacto porque compartimos experiencias, sentimientos, emociones, inquietudes, y esta visita me ha permitido volver a disfrutar de un momento de charla entre personas adoptadas, como siempre enriquecedora. 

Gracias al congreso y a Ana María Rivas, Doctora en Sociología y profesora en la Facultad de Antropología de la Universidad Complutense, esta semana he estado en dicha facultad hablando otra vez sobre "Mediación: desde los orígenes" a los alumnos de la asignatura de parentesco, en esta ocasión he tenido más de una hora para exponer, dialogar y compartir.

Así que para continuar compartiendo traigo ahora el siguiente fragmento de mi trabajo de fin de Master en Mediación y Orientación Familiar, tras las conclusiones previas sobre los orígenes de las personas adoptadas, y siguiendo con la revisión y definición de conceptos me surgen nuevas cuestiones, nuevas preguntas y sus correspondientes respuestas

I.1.3.-¿QUÉ ES UNA NECESIDAD?

            Son muchas y variadas las definiciones que he encontrado sobre lo que es una necesidad, es muy cierto, que el concepto no es universal, porque depende del momento y del lugar, es decir, no son las mismas necesidades las que tenemos actualmente que las que se tenían hace cinco o diez siglos, ni siquiera hace cinco o diez años, y por supuesto no es lo mismo las necesidades que tenemos en una gran ciudad o en una pequeña aldea o las que se tienen en distintos países o continentes.

            En cualquier caso la definición de necesidad más amplia y al mismo tiempo más concreta que he encontrado curiosamente está redactada de forma negativa, a pesar de que en teoría para definir algo siempre hay que hacerlo en positivo. Dicho esto esta es la definición de necesidad que voy a utilizar como elemento de mis argumentos:

Una necesidad es aquello que si no tenemos pone en grave riesgo
 nuestro desarrollo como seres humanos, como personas,
tanto desde el punto de vista físico como desde el punto de vista emocional.


I.1.4.- ¿QUÉ ES UN DERECHO?

Partiendo de la anterior definición de necesidad podemos afirmar que un derecho es:

El enunciado legal de una necesidad, de forma que ésta sea exigible.




I.1.5.- ¿QUE ES UNA RESPONSABILIDAD?

Siguiendo con el planteamiento anterior  podemos llegar a la siguiente definición de lo que es una responsabilidad:

La atención o satisfacción de una necesidad,
 ya sea poniendo medios materiales para lo físico,
ya sea con medios inmateriales para lo emocional

De forma que podemos comprobar por nosotros mismos como la mayoría de las necesidades se convierten en derechos porque son recogidas en los textos legales, es decir, en el derecho positivo, y en consecuencia el titular o sujeto de cada derecho puede exigir que sea atendido o satisfecho, otro asunto es ver quien o quienes son los obligados a atender esas necesidades reconocidas como derechos.


Del mismo modo que las necesidades pueden ser susceptibles de convertirse en derechos son muchas las responsabilidades que se convierten en obligaciones porque igualmente son recogidas en los textos legales, es decir, pasan a formar parte del derecho positivo, del ordenamiento jurídico. 


Esta semana, ayer mismo, se ha celebrado el 25 aniversario de la Convención de Derechos del Niño, y yo cada día lamento, que después de tanto tiempo, seguimos sin tener una definición del Interés Superior del Niño.

Y es que realmente es difícil definir una necesidad, y convertirla en derecho de forma que se pueda exigir y más aún determinar de quién es la responsabilidad de cumplirlo, ¿verdad? por eso todavía 25 años después de la aprobación de la Convención Internacional firmada por más países del mundo, se sigue trabajando para intentar definir el Interés Superior del Niño que sobre el papel, que todo lo aguanta, ha quedado como el principio rector de todas las actuaciones que puedan afectar a cualquier niñ@, por encima incluso de los posibles intereses de los adultos, pero tan difícil de determinar y de aplicar, porque no todos los seres humanos, niñ@s o adult@s, tenemos las mismas circunstancias, y en consecuencia las mismas necesidades, sin contar evidentemente las necesidades fisiológicas, que son comunes al 100% de los animales incluidos los humanos. 

Así que después de esta revisión, estas definiciones y señaladas estas dificultades, en la próxima entrada en el blog traeré la siguiente pregunta ¿ES UNA NECESIDAD EL CONOCIMIENTO DE LOS ORÍGENES? 

miércoles, 8 de octubre de 2014

CONCLUSIONES SOBRE LOS ORÍGENES DE LAS PERSONAS ADOPTADAS

Y después de varias entradas analizando en primer lugar qué es adoptar, en segundo lugar qué son los orígenes biológicos en general, comunes a todos los seres humanos, ese conjunto de datos "civiles", "médicos" y "genéticos" y de circunstancias relativas a nuestra concepción, gestación y nacimiento y en tercer lugar qué son los orígenes específicos de las personas adoptadas, los que se añaden a los orígenes biológicos y nos diferencian, estos son, los POR QUÉ, las causas de adoptabilidad y las motivaciones y trámites para adoptar, llega el momento de hacer unas breves conclusiones previas sobre los orígenes de las personas adoptadas, que paso a detallar a continuación: 

CONCLUSIONES PREVIAS SOBRE LOS ORÍGENES DE LAS PERSONAS ADOPTADAS

Como se puede observar son muy variadas las causas de adoptabilidad,  las motivaciones y los trámites para adoptar y pueden serlo más según sigan evolucionando y ampliándose los modelos familiares, el concepto social y jurídico de la adopción.

He hecho este análisis tan extenso y pormenorizado de las posibles causas de adoptabilidad, de las posibles motivaciones y de los posibles trámites para la adopción porque son las que diferencian realmente los orígenes de las personas que hemos sido adoptadas, de los orígenes de las personas que se han criado inmersos en sus orígenes, en sus entornos naturales o biológicos.

Es cierto que puede haber personas, hijos por naturaleza, que en algún momento de su vida se lleguen a preguntar por las motivaciones que llevaron a sus padres y madres a ser eso sus padres y madres, y que tengan una respuesta más o menos aceptable, porque algunas de las motivaciones para adoptar que he detallado aquí, nos gusten o no, puede que también sean las motivaciones para ser padres y madres por naturaleza de algunas personas, aunque no sean tan evidentes como en la adopción.

Como he dicho las personas que hemos sido adoptadas más tarde o más temprano nos vamos a cuestionar, no sólo por nuestros datos y nuestras circunstancias, inquietud propia de todo ser humano, sino también por nuestros POR QUÉ, por nuestras causas de adoptabilidad, por las motivaciones para adoptar de nuestros padres, incluso por los trámites que siguieron, y las respuestas habitualmente no las vamos a tener a simple vista, no van a estar escritas, no las vamos a obtener de una sola fuente y en muchos casos, muchos, no va a haber forma de tener ni una sola respuesta.

En la mayoría de los casos las personas que hemos sido adoptadas desconocemos cuales son nuestros orígenes, nuestros datos, nuestras circunstancias y nuestros POR QUÉ;  somos muy pocos los que en nuestro certificado de nacimiento contamos con los datos de nuestra filiación biológica;  algunos además de los datos del certificado de nacimiento contamos con expedientes completos de protección de menores, que nos gustaría poder olvidar, por estar llenos de datos casi siempre dolorosos a veces demasiado explícitos; algunos no tenemos datos ni expedientes pero llevamos en nuestro propio cuerpo parte de la explicación de por qué llegamos a ser adoptables, porque somos de otra raza, cultura o país.

Ante la falta de conocimiento de los orígenes todos tendemos a imaginar cómo será nuestra familia de origen, en su caso nuestro país, nuestra cultura, tendemos a rellenar los huecos que hay en nuestra historia con fantasías más o menos aceptables para nosotros, fantasías que cambian según nuestro momento vital, nuestro desarrollo cognitivo y emocional, nuestro propio conocimiento del cuerpo humano y de sus funciones, cuando descubrimos cómo es la función reproductora por un lado y por otro la formación y vinculación de las familias.


Muchos coincidimos en las fantasías que imaginamos, y como sucede con los libros o las películas, cuando alguno de nosotros llega a tener conocimiento de sus orígenes, podemos comprobar como la realidad casi siempre supera a la ficción y casi nunca lo que hemos imaginado se corresponde con la realidad, a veces es peor y a veces es mejor.





Hablando sobre la realidad y de cómo esta casi siempre supera la ficción, después de varios años de trabajo en mediación de búsqueda de orígenes puedo afirmar que todas las personas adoptadas, durante la infancia, durante la adolescencia, y ya en la edad adulta, tenemos fantasías sobre nuestros orígenes, y esas fantasías van cambiando con el tiempo, con nuestra edad, nuestra experiencia de la vida y nuestro conocimiento de la realidad del mundo.

En ocasiones, lo que imaginamos tiene que ver con los cuentos o películas, en los que de una manera u otra se trata la adopción.

Otras veces, nuestras fantasías tienen que ver con lo que nuestros padres nos cuentan porque lo saben o porque se lo han contado a ellos, o aún más, como ellos tampoco suelen saber mucho sobre nuestra historia y ellos también tienen que imaginarla, pues a veces nosotros "adoptamos" sus fantasías.

Estas son algunas de las explicaciones que les dan a veces a nuestros padres sobre nuestras causas de adoptabilidad: que somos huérfanos, que nuestra familia de origen tenía muchos hijos y no podía hacerse cargo de nosotros, que nuestra madre era una "madre sola", que nos abandonó en un orfanato, en una comisaría, en la calle, en la puerta de una iglesia, que estaba muy enferma, que era alcohólica o drogadicta, que nos trataba mal, etc...en pocas o ninguna ocasión les dicen que nuestra madre biológica podía ser prostituta, o haber sido violada, o que después de un embarazo imprevisto decidió que no quería ser madre y pensó que otra familia podría hacerse cargo de nosotros.

Más tarde o más temprano todos pensamos e imaginamos sobre a quien nos parecemos, cómo son nuestros parientes biológicos, quiénes son, a qué se dedican, nos imaginamos incluso aspectos relacionados con su salud, el entorno en el que viven, su casa, su barrio, su pueblo o su ciudad, su país o su continente.


Hay fantasías que "idealizan" a la familia biológica, pensamos que podemos ser hij@s de alguna artista o incluso de una princesa que en algún momento va a venir a buscarnos o "rescatarnos" o por contra que somos hijo@s de una pobre familia que necesita de nuestra ayuda y somos nosotros los hij@s los que tenemos que ir a buscarles para rescatarles. Hay otras fantasías que "desfavorecen" a la familia biológica y pensamos que son personas indignas que no merecen nuestro cariño y aceptación, que ni tan si quiera merecen nuestro respecto. Estos son pensamientos recurrentes y que a veces cambian de una etapa a otra, pasando de un extremo al otro. Este tipo de pensamientos hace que muchas personas pongan en marcha su búsqueda de orígenes, porque piensan que van a encontrar algo maravilloso o porque quieren "salvar" a su familia de origen y sin embargo hacen que otras personas adoptadas no se planteen de ninguna de las maneras la posibilidad de buscar sus orígenes, porque si esa persona o familia fue capaz de abandolarle pues ahora para qué les va a buscar y así sienten que "castigan" con la indiferencia a sus familias de origen.  

Los que somos mayores y sabemos cómo funciona eso de la reproducción podemos fantasear sobre asuntos relacionados con nuestra concepción, gestación y nacimiento, y la mayoría de nosotros nos mostramos ingenuos y nos cuesta llegar a imaginar el momento de la concepción propiamente dicho, ya dije en otra entrada anterior que si todos y cada uno de nosotros hiciésemos el ejercicio de pensar cómo hemos sido concebidos más de uno se sonrojaría o incluso se escandalizaría, porque  no todos somos fruto de un encuentro sexual pensado y consentido, deseado y disfrutado, algunos sí, pero la mayoría no, muchos somos fruto de la costumbre, del azar, de la improvisación, de alguna que otra "chapuza", y algunos pocos somos fruto de un negocio como la prostitución y algunos, los menos, de algún delito como la violación o el incesto.

Puestos a imaginar sí es verdad que algunas personas adoptadas sí imaginamos que podemos ser hi@s de una prostituta, algunos incluso nos pensamos hijos de una victima de violación o incesto....pero son pocas, muy pocas las que lo imaginan y cuando esa fantasía se convierte en realidad el esfuerzo para poder aceptarla es inmenso. 

Como ya he dicho la mayoría de nosotros nos mostramos ingenuos y no llegamos a imaginar que una mujer pueda llegar a estar embarazada no sólo por azar, sino incluso en contra de su voluntad y preferimos seguir pensando que en algún lugar del mundo hay una persona que después de  estar embarazada y dar a luz renunció a ser nuestra madre, o aún más, y esto lo estoy encontrando más recientemente, que después de parir no le dejaron ser nuestra madre y fuimos separados sin su conocimiento y su consentimiento, en definitiva, que fuimos "robados" arrancados de sus brazos, y en este punto llegamos a imaginar que la persona o personas que nos separó de nuestra madre biológica fue un tercero, médico, enfermera, asistente social, etc... con algún interés oculto y no llegamos a pensar que en muchos casos esa o esas personas que nos separaron fueron los propios padres de nuestra madre biológica, es decir, nuestros abuelos biológicos o aún más, nuestro propio padre biológico, que puede ser que estuviese casado con otra mujer que no fuese nuestra madre o que teniendo en cuenta que en España hasta el año 1981 eran los padres de sexo masculino, los titulares exclusivos de la patria potestad, que fuese él quien decidió, sin el consentimiento de nuestras madres, si eramos entregados en adopción....y es que aunque desde nuestro actual siglo XXI nos cueste entenderlo, eso también pasaba, y sigue pasando en algunos lugares del mundo donde estar embarazada y soltera sigue siendo una deshonra para la familia y todavía hay lugares donde sigue siendo el padre, sin contar con la madre, el que decide el futuro de sus hij@s y puede decidir hacerse cargo de ellos o no.  

Lo que también tengo aprendido es que casi ninguna de las personas adoptadas que busca sus orígenes imagina que es huérfana, a  pesar de que a nuestros padres se lo hayan podido decir, y ellos lo quieran pensar, incluso nos lo hayan transmitido en nuestra infancia, nosotros tendemos a imaginar que no es verdad y que nuestra madre biológica está viva, en mejores o peores condiciones, pero viva....y que podremos buscarla y encontrarla.

En otro momento hablaré sobre las fantasías de las familias biológicas, porque ellas también imaginan que fue de sus hij@s, y a veces, sólo a veces, lo que han imaginado y deseado para esos bebes o niñ@s se corresponde en algo con la realidad.