Dentro de poco va a hacer dos años que "estrené" este blog, la verdad es que como suponía no es nada fácil escribir, compartir, comunicar, transmitir ideas, sentimientos, conocimientos, experiencias, ilusiones y emociones....
No obstante desde el primer momento me rondaba por la cabeza una idea que acabo de decidir llevar a cabo: compartir mi trabajo de fin de Master en Mediación y Orientación Familiar.
Ya casi hace tres años que terminé el Master y tuve ocasión de presentar el trabajo en público; sin embargo son muy pocas personas las que han podido leer el trabajo en su totalidad, apenas cinco: mi padre, mi madre, mi padrino, que en paz descanse, una amiga madre del alba, una amiga hija por adopción, y un amigo de la familia....además de por supuesto las profesoras de la universidad que tuvieron que calificarlo.
Así pues si más dilación con el propósito de darle contenido y sentido a este blog, y para empezar por el principio os dejo aquí el preámbulo del trabajo,
PREÁMBULO
Inicio este
trabajo de fin de MASTER DE MEDIACIÓN Y ORIENTACIÓN FAMILIAR desde una
perspectiva profesional y personal difícil de separar, porque sin duda alguna
mi experiencia personal ha tenido mucho que ver con mi desarrollo profesional,
es por ello que a lo largo de este texto en la mayoría de las ocasiones voy a
hablar en primera persona del singular o del plural, porque la motivación
personal ha sido determinante a la hora de elegir tanto el Master como cada uno
de los trabajos que he preparado a lo largo de los cursos y lo mismo ocurre con
el tema de este trabajo.
Confío en que
mi experiencia me haya servido para adquirir los conocimientos necesarios que
ahora quiero dejar aquí recogidos para compartirlos.
El tema del
trabajo es “LA
MEDIACIÓN FAMILIAR EN LA BÚSQUEDA DE ORÍGENES
DE LAS PERSONAS ADOPTADAS” para llegar a
la práctica sobre este tema he buscando bastante teoría, he hecho un recorrido
lo más amplio posible partiendo de unos planteamientos teóricos iniciales
basados en las necesidades humanas en general y de las personas adoptadas en
particular, he pasado por algún planteamiento jurídico para llegar a la
conclusión de la existencia del derecho de las personas adoptadas a conocer sus
orígenes biológicos, y una vez
establecido el derecho me he parado en el ejercicio del mismo, que es
donde entra en juego la mediación familiar.
No he querido
pararme demasiado en el aspecto jurídico del reconocimiento o no del derecho de
las personas adoptadas a conocer sus orígenes biológicos, puesto que es un tema
todavía controvertido, que no tiene un mismo tratamiento jurídico a nivel
internacional, puesto que, actualmente, encontramos contrastes tan próximos
geográficamente como la existencia en España del citado derecho en el
ordenamiento jurídico y la existencia en Francia del parto sin filiación
materna.
No obstante lo
anterior, mi formación previa es la de licenciada en derecho, abogada
especializada en menores, tanto los desamparados como los infractores, es
decir, tanto los necesitados de protección como los necesitados de reforma y
reinserción, por lo que sin duda alguna esta formación va a salir a relucir a
lo largo del trabajo, en algunos planteamientos y comentarios, espero que sea
siempre en beneficio del mejor entendimiento de algunas situaciones, para las
que a veces es necesario recurrir a la ley para entender porqué son como son y
no de otra manera.
Así pues
partiendo de la realidad jurídica española y de la realidad jurídica y
administrativa de nuestras Comunidades Autónomas (C.C.A.A.), responsables
últimas del ejercicio y atención de la protección de menores, en consecuencia
de la adopción y por tanto de las búsquedas de orígenes, me he puesto en la
realidad del ejercicio del derecho a
conocer los orígenes biológicos, sus limitaciones, sus dificultades, sus
interrogantes sin respuesta, sus frustraciones, angustias y ansiedades y la
conveniencia o necesidad de la intervención o asistencia del mediador familiar,
y no sólo desde la perspectiva de la persona que ha sido adoptada, sino que
también he recogido aquí otras situaciones relacionadas con la adopción y que
también requieren de mediación familiar, situaciones como: la propia revelación
de la condición de hij@ por adopción por parte de los padres, la búsqueda de
personas que han sido adoptadas por parte de miembros de sus familias de
origen: madres, abuelos, hermanos, etc…. Hasta que he llegado a la práctica
profesional en la que he utilizado una serie de documentos elaborados por mi
misma, que incorporo en este trabajo puesto que
considero que constituyen la aportación más importante del mismo, puesto
que en los citados documentos recojo por un lado las condiciones de la
mediación, por otro los cuestionarios empleados a lo largo de la intervención
como mediadora, y por último el posible acuerdo de mediación con los posibles
pactos alcanzados; finalmente después de muchos interrogantes teóricos y
prácticos he llegado a unas conclusiones que espero sean de utilidad a
cualquier persona que de forma particular o profesional pueda tener interés en
el conocimiento o la práctica de la mediación familiar en la búsqueda de
orígenes de las personas adoptadas, y otras situaciones relacionadas con la
adopción.
Tengo que
decir, que durante el tiempo que ha durando mi formación, mientras que he
cursado este Master, ha ocurrido en España algo que para mi ha sido insólito,
que no me podía esperar, pero que al mismo tiempo reconozco que tampoco me ha
sorprendido, y que sin duda ha cambiado en parte mi percepción de la adopción y
en consecuencia de muchos de los planteamientos que a lo largo de este trabajo
he hecho, al tener que incorporar situaciones que yo nunca me había imaginado
que pudiesen llegar a ocurrir. Me estoy refiriendo al “fenómeno” de los
llamados “NIÑOS ROBADOS”, que con independencia de su repercusión mediática, de
su mayor o menor incidencia, de su aparente relevancia, lo que sin duda es
cierto es que ha tenido un “efecto llamada” no sólo para las personas que han
descubierto que su inscripción de nacimiento está falsificada, sino incluso para las personas
que ya sea recientemente o desde hace mucho tiempo o incluso desde siempre han
sabido que habían sido adoptadas y que nunca se habían planteado llevar a cabo
una búsqueda activa de sus orígenes, hasta el momento en que han empezado a
pensar que cabe la posibilidad de que en su caso su origen no fuese el que les
habían contado o el que ellos creían y han empezado a dudar de la legalidad de
todo el procedimiento, algunos hasta convencerse de que efectivamente ellos
fueron robados, separados de su madre de nacimiento sin su consentimiento y/o
conocimiento, a pesar de que la documentación no hace pensar en ningún caso que
eso haya sido así.
En
consecuencia teniendo en cuenta los llamados “NIÑOS ROBADOS” algunos planteamientos
inicialmente sencillos se han visto “complicados”, ampliados, complementados y
con ellos los procedimientos, los cuestionarios y por supuesto las
conclusiones.
Reconozco que vuelvo al leer ele trabajo, casi tres años después, y me sorprendo al comprobar que no cambiaría ni una coma, ni un punto ni una tilde, porque han pasado los años y la situación ha variado poco o nada y sigue siendo actualidad.
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